México, sin recursos económicos para realizar grandes túneles | Agenda de Inversiones

México, sin recursos económicos para realizar grandes túneles

DUBROVNIK, Croacia.- La infraestructura de grandes obras en México estará suspendida algunos años por la crisis que la economía está padeciendo, afirmó Roberto González Izquierdo, director de Comités Técnicos de la Asociación Mexicana de Ingeniería de Túneles y Obras Subterráneas, durante un receso el Congreso Mundial de Túneles que se realiza en este bello puerto del Adrático. A su vez, el brasileño Alexandre Gomes, miembro del Consejo Ejecutivo de la Asociación Internacional de Túneles y Espacios Subterráneos, exhortó a los gobiernos de América Latina a canalizar recursos públicos a las grandes obras como túneles, que ahorren al usuario transitar por las largas carreteras que bordean cerros y montañas (como en México).
En efecto, México está en crisis económica y la única gran obra que se vislumbra en el sexenio actual es el nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. La semana pasada, y como se esperaba, el INEGI dio a conocer la estimación oficial del desempeño de la economía mexicana durante los primeros tres meses del año, medido a través del comportamiento del Producto Interno Bruto, lamentablemente menor a las previsiones que realizaron los especialistas del sector privado consultados mensualmente por el Banco de México, grupo al cual pertenece Consultores Internacionales, cuyo promedio esperado en abril fue de 2.62 por ciento.
Ahondando en los resultados dados a conocer por el INEGI, destaca el decremento del 5.0 por ciento de la minería, producto de la crisis petrolera que vive el país, ya que la minería petrolera (la extracción de hidrocarburos) se redujo 5.8 por ciento en términos reales. Por supuesto, este comportamiento es resultado de la reducción en la plataforma de producción de petróleo que hemos venido experimentando desde hace años. En efecto, según información oficial, la producción de Petróleos Mexicanos cayó en 2014 con respecto al año previo un 3.7 por ciento, con una producción promedio anual de 2.42 millones de barriles diarios, su nivel más bajo desde hace 28 años, con un nivel de exportación de crudo de 1.14 millones de barriles diarios en promedio -el más bajo en 33 años- y que representa una caída del 4 por ciento respecto a un año antes. A esta situación habría que agregarle la reducción de alrededor del 50 por ciento en el precio de exportación del hidrocarburo para dimensionar la gravedad de la situación que enfrentan las finanzas públicas, que si bien se han visto compensadas en parte por el ahorro que representa la compra de gasolina barata en el mercado internacional, su reducción en el precio no se ha trasladado a los bolsillos de los mexicanos. Así, se han anunciado recortes del gasto en 2015, y un ajuste sustancial para el presupuesto de 2016.
Nadie tiene duda de que las condiciones externas que enfrenta la economía mexicana son en extremo delicadas porque están cargadas de incertidumbre, principalmente en el contexto financiero ante el inminente aumento de tasa en Estados Unidos, que se espera se realice a mediados del segundo semestre. Aunado a lo anterior, también tenemos los magros resultados del primer trimestre en nuestro principal socio comercial, cuyo producto apenas creció 0.2 por ciento en términos reales, lo que se reflejará en las exportaciones de productos manufacturados mexicanos en los próximos meses.
Por otra parte, el comportamiento de la demanda interna, tampoco muestra ser capaz de sostener un mayor ritmo de crecimiento de la economía, y dependerá principalmente de las expectativas que se formen luego de las elecciones y del impacto real de los ajustes en el gasto público.
Así, creemos que las condiciones que enfrentará la economía nacional en los próximos meses será de debilidad en la demanda interna y externa, por lo que, como Consultores Internacionales, también hemos ajustado a la baja nuestras expectativas de crecimiento para 2015. Particularmente, planteamos que la economía crecerá entre 2.4 y 2.8 por ciento, cifra superior a la lograda en 2014, pero que sin duda refleja la pobreza en la dinámica nacional; la vulnerabilidad externa y la inacción interna que se manifiesta en una ineficiencia en el gasto. Lo anterior, se hace evidente en el histórico desperdicio de recursos que significan el proceso electoral, y en la tibieza para instrumentar a cabalidad las reformas estructurales que hasta el momento solamente han prendido en papel pero no en los hechos.
Publicado en Últimas Noticias

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Comentarios recientes