Para quienes ven con optimismo los recientes incrementos en los precios del petróleo, principalmente en la cotización internacional de la mezcla mexicana que está a 11 dólares de alcanzar el piso programado en el Presupuesto de Ingresos de la Federación para este año, les comentamos que los ajustes en la oferta del crudo se han debido más a problemas temporales ajenos a la decisión de un país, que a cuestiones de índole estructural o económica.
Por ejemplo, en Canadá, los incendios forestales en la petrolífera provincia de Alberta (oeste) forzaron el cierre de campos petroleros, mientras en Nigeria, grupos rebeldes en el delta del río Niger dinamitaron oleoductos y provocaron el cierre de instalaciones de producción y exportación.
Por el contrario, Arabia Saudita volvió a alcanzar en julio pasado un nuevo máximo de producción de petróleo. Su competencia con Irán se ha intensificado con tal de mantener su participación de mercado. El propio Irán prácticamente ha recuperado los niveles de producción que tenía previo a las sanciones que le impuso Occidente. Irak ha alcanzado un acuerdo con grandes empresas transnacionales para retomar las inversiones en yacimientos de crudo, lo que permitirá la reanudación de proyectos que fueron suspendidos este año y un aumento de la producción en 2017.
Así que, por favor, no se dejen engañar de que el reciente “rally” de subir de 40 a 45 dólares el barril responde a próximos acuerdos de países de la OPEP (incluyendo Rusia) para estabilizar el precio del crudo. En efecto, las declaraciones de funcionarios de Rusia y Arabia Saudita indican que buscarán en su próxima reunión (septiembre) mecanismos que les permitan elevar el precio a pesar de que la demanda de petróleo tarde en compensar la sobreoferta. Ello ha provocado una nueva ola de optimismo en los mercados financieros, sobre todo en las monedas de los países emergentes, en donde, por ejemplo, el peso mexicano registra una apreciación de 70 centavos (3.59%) en el mes y se aleja nuevamente de los $19.0 por dólar spot. Pero solo son especulaciones.
Lo que sí es cierto es que EU parece ser, entre los principales productores del mundo, el único que si ha reducido sus niveles de producción de petróleo en los últimos meses. Pero la razón es que muchos de los proyectos con la técnica del “fracking”, simplemente no son rentables a precios inferiores a los 50 dólares el barril.
En fin, el reciente incremento en el precio internacional del barril de crudo no se origina en una política sólida de los países productores, sino de hechos aislados y meramente temporales.
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