Persistente caída de la construcción: FORECASTIM S.C | Agenda de Inversiones

Persistente caída de la construcción: FORECASTIM S.C

Especialistas en construcción catalogaron la evolución de este sector como “negativa” durante el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, al analizar -fundamentalmente- el valor de producción. De los 24 trimestres que conformarán esta administración, es decir desde los primeros tres meses de 2013 y hasta el último cuarto de 2018, se contabilizan 17 periodos con caída de la producción en dichas obras. De acuerdo con FORECASTIM S.C, el PIB de las obras de ingeniería civil registró una tasa de crecimiento promedio anual de (-)4.2% durante el sexenio; lo cual contrasta con un crecimiento promedio por año de 6.9 y 7.8 por ciento en las gestiones de Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox Quesada respectivamente.
El contexto negativo en la edificación de infraestructura se explica por una fuerte caída de la inversión pública hacia la construcción. En el periodo 2013-2018 la inversión retrocedió a una tasa de (-)3.6% promedio anual, pasando de un flujo de 653 mil millones de pesos reales en 2012 a un estimado de 525 mil millones de pesos en 2018. Este dinamismo discrepa con el crecimiento observado en la economía nacional, la cual registró una tasa de 2.4% promedio anual a lo largo del sexenio.
Si bien el consumo es el agregado más importante del PIB nacional, considerando la compensación que se da entre exportaciones e importaciones, la inversión –pública y privada- en construcción es un componente importante ya que representa alrededor del 12.5% del producto interno bruto. No obstante, la inversión pública solo constituye entre 3.5 y 3 por ciento del PIB, cifra que ha decaído marginalmente en el presente sexenio.
Así, la disminución en la inversión provocó retrocesos en prácticamente todas las obras que realizó el gobierno; no obstante, el flujo negativo para la construcción de infraestructura carretera, energética y de urbanización, que representan en promedio 2 de cada 3 pesos de la obra pública, fue el principal determinante de la crisis del sector.
De acuerdo con cifras oficiales, la inversión física presupuestaría en el ramo energético, que incluye al segmento de hidrocarburos y eléctrico, pasó de $361 mil millones en 2013 a un monto de 218 mil millones en 2017 a pesos corrientes. Tan solo en este último año el flujo retrocedió 38.4% real en relación a 2016.
En la partida de comunicaciones y transportes el presupuesto para inversión física disminuyó 19.1% anual en 2017, acumulando tres años consecutivos con diminución en el efectivo. Asimismo, el dinero presupuestado para el abastecimiento, agua potable y alcantarillado -variable representativa de obras de urbanización- también acumuló tres años de caídas, registrando una diminución de (-)55% real en 2017 respecto del año inmediato anterior. Así, mientras que en 2013 la inversión alcanzó $37 mil millones de pesos, el año pasado el monto acumulado fue de $15.7 mil millones.
Si bien el sector privado, en asociación con el público, es un complemento y un actor importante para el desarrollo; la inversión pública en infraestructura es fundamental en por los menos tres aspectos: genera un efecto multiplicador-acelerador sobre la economía; garantiza la provisión de bienes públicos donde los retornos de inversión no son atractivos para el privado; y con ello, ejerce un efecto positivo en la competitividad.

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