México ya no es una buena alternativa

Urge que México vuelva a ser atractivo para la Inversión Extranjera Directa. Pero no solo para atraer esos capitales, sino retenerlos un buen tiempo, a fin de que la economía se beneficie con esos capitales externos. Lamentablemente, los inversionistas extranjeros ya no ven a México como una buena alternativa. Según datos del Banco de México, en el primer trimestre de 2019 se captaron cerca de 12 mil 400 millones de dólares de IED, esto fue 6% menos que el registro del mismo periodo de 2018, y en el segundo trimestre de 2019 la IED fue apenas superior a 5 mil 700 millones de dólares, esto es 37% menos que en el mismo periodo de 2018.
Por su parte, la inversión en cartera (una buena aproximación de la confianza que perciben los inversionistas en el corto plazo), ha mostrado también un comportamiento decreciente; en el primer trimestre de 2019 (último dato disponible) se observó una disminución de 1% respecto del mismo periodo en 2018. Lo anterior significa que, de momento, México no está generando condiciones adecuadas para la atracción y/o retención de capitales productivos.
Al respecto, Consultores Internacionales nos señalan que la inversión extranjera no es la única que ha retrocedido. “En lo que va del año, hemos visto a México caer en prácticamente muchos indicadores: del lugar 54 al 60 en el índice de Facilidad de Hacer Negocios (Ease of doing buisness) elaborado por el Banco Mundial; del 46 al 48 en Índice de Competitividad Global (The Global Competitiveness Index) del Foro Económico Mundial; del 97 al 99 en el Índice de Estado de Derecho (Rule of Law Index) del World Justice Project; y, conservar el lugar 56 en el Índice de Innovación Global (Global Innovation Index) de la World Intellectual Property Organization. Considerando que no esperamos un crecimiento para 2019 superior a 0.3% (de hecho, se espera un tercer trimestre negativo), y alrededor de un 1% para 2020, es momento de adoptar una política contra cíclica para reactivar el crecimiento económico. Una acción clave es dinamizar los sectores expansivos de la economía, como es el de la construcción y la vivienda que generan efectos multiplicadores. Celebramos que en el paquete económico 2020 se hayan incluido alrededor de 8,700 millones de pesos para mantenimiento y reparaciones en carreteras y puentes; sin embargo, no es suficiente.