Mal augurio del FMI; prevé que la economía mundial se desacelerará este año. | Agenda de Inversiones

Mal augurio del FMI; prevé que la economía mundial se desacelerará este año.

Precisamente, el Fondo Monetario Internacional (FMI), acaba de publicar en Nueva York su reporte sobre las Perspectivas de la Economía Mundial para este año, en donde prevé que la economía global se desacelerará, revisando a la baja el estimado de crecimiento global para este año, y ajustando ligeramente al alza el de 2023. Su escenario base es que la economía mundial crezca 4.4% en 2022 (previo: 4.9%), desacelerándose tras un avance de 5.9% en el 2021. Por supuesto, consideramos que la proyección para este año suena algo optimista a pesar del ajuste a la baja, en un entorno todavía muy incierto respecto al rumbo de la pandemia, fuertes presiones inflacionarias, menor impulso fiscal y el retiro del estímulo monetario tanto en economías avanzadas como emergentes.
La economía global está en una posición más débil de lo que se anticipaba. Esto se debe principalmente a tres factores: (1) El surgimiento de la variante ómicron; (2) presiones inflacionarias más fuertes y persistentes, especialmente en EU; y (3) la situación del sector de bienes raíces y el consumo en China. En el caso de la pandemia, el FMI destaca las sorpresas negativas en la segunda mitad del 2021, con las disrupciones en la cadena de suministros manteniéndose hasta finales del año pasado y un repunte en el número de contagios,
especialmente en Europa. Su escenario base incorpora que los efectos adversos sobre la salud, como muertes, hospitalizaciones y enfermedad, cederán hasta finales del 2022. En lo que se refiere a las presiones inflacionarias, destacan que han sido más fuertes de lo anticipado, especialmente en EE.UU. Esto se debe a una multitud de factores, entre ellos los problemas en la cadena de suministros y saturación en los puertos. Además, se han observado presiones más generalizadas, incluyendo el alza en costos de energía en Europa, de los alimentos en África y en los precios de importación en Latinoamérica.
Finalmente, en lo que se refiere a China, explican que los problemas en el sector residencial han sido el preludio de una desaceleración económica generalizada. A esto se suma la estrategia de cero-tolerancia al COVID-19 que ha llevado a importantes restricciones a la movilidad, deteriorando las perspectivas para el empleo y el consumo. En este contexto, estiman una importante desaceleración de la economía asiática este año, con un crecimiento de 4.8% desde 8.1% en el 2021. Consideramos que este escenario es congruente con lo que estamos viendo
en términos de política monetaria, donde el PBoC se ha separado de la mayoría de los bancos centrales en el mundo al recortar recientemente sus tasas de interés, en conjunto con otras medidas no convencionales en un intento por impulsar el dinamismo económico.

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