Es preocupante, pero no catastrófico

El último trimestre del 2018 y el primero de 2019, la economía mexicana ha mostrado una ligera desaceleración, pero no debe alarmarnos, toda vez que estos desajustes son propios en los cambios de gobierno, periodo en los que los factores de la producción, principalmente el empleador, siente gran incertidumbre del futuro, y luego, está el obligado lapso del aprendizaje del lenguaje y procedimientos del nuevo gobierno. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, tiene una nueva forma de ver el país y de implementar las políticas que permitan al país entrar en la senda del crecimiento sin privilegios para nadie, y los empresarios están en su periodo de aprendizaje. Y por supuesto, muchos de los nuevos funcionarios también están en el periodo de aprendizaje de cómo implementar políticas y estrategias.
Ciertamente se han cancelado importantes obras de infraestructura, mismas que darían continuidad a la economía, y se eliminaron organismos de promoción para atraer capitales, creando un ambiente de incertidumbre entre los inversionistas extranjeros. Ha sido -sin duda- un período complejo para los empresarios, situación que se agrava con un ambiente externo ciertamente adverso. Lo anterior nos hace presagiar tiempos de tormentas, pero sin llegar a lo catastrófico. La economía todavía tiene amplios sectores fuertes, capaces de llevar al país a una mejora de su economía.
“No obstante -nos recuerda Consultores Internacionales-, hay varios temas que podrían tener impacto en el desempeño económico del País, tales como la firma del T-MEC, que se espera en las próximas semanas suceda; sin embargo, depende principalmente de los tiempos de Washington, la posible imposición de aranceles a autopartes y vehículos por parte de Estados Unidos, las amenazas del cierre de la frontera norte, entre otros”.
“De materializarse alguno de los temas arriba mencionados, podrían generarse fuertes presiones en el tipo de cambio y la inflación; podríamos ver una disminución en uno de los indicadores con mejor desempeño en los últimos meses, el índice de confianza del consumidor. Falta ver cómo actuarán las calificadoras de riesgo en los próximos meses; recordemos que algunas como Fitch y S&P, en este trimestre, redujeron sus perspectivas para PEMEX y México, lo que sin duda afectará la confianza de inversionistas”.