Donald Trump adelanta que va a ganar, y en caso contrario denunciará fraude. | Agenda de Inversiones

Donald Trump adelanta que va a ganar, y en caso contrario denunciará fraude.

Mañana se llevan a cabo las elecciones presidenciales en EU, en un país dividido en donde cada partido -el demócrata y el republicano, dicen que tienen las preferencias del electorado. De acuerdo a los promedios de los sondeos, el candidato demócrata (Joe Biden) trae una ventaja superior a 7 puntos porcentuales sobre el presidente Trump, aunque en los Estados denominados “columpio” y que en buena parte de las elecciones pasadas ha terminado definiendo el resultado final de la votación, la diferencia cae en muchos casos en el margen de error de las encuestas (menor a 2 puntos). En México, los mercados financieros parecen descontar un triunfo del demócrata, aunque en recientes días, comienzan a presentarse ciertas coberturas ante un riesgo de un resultado más cerrado y/o incluso un triunfo del presidente republicano Donald Trump.
Pero a los mercados de todo el mundo les preocupa el sistema electoral del voto adelantado y por correo cuya verificación en caso de duda, se hace más lento que el voto presencial. En algunos estados la verificación del voto exige la comprobación de la firma y otros aceptan los votos aún hasta el 3 de noviembre, 2 días después del cierre de las elecciones. Más de 80 millones de ciudadanos estadounidenses han depositado ya sus papeletas de votación (52 millones han votado por correo y casi 28.2 millones lo han hecho en persona), una cifra que supone más de la mitad de todo el voto emitido hace cuatro años (58.3%). En total, son 240 millones los estadounidenses que pueden participar en los comicios, aunque generalmente la tasa de participación no supera el 60%. El fenómeno anticipa una alta participación, y un posible retraso del recuento alimenta la posibilidad de que los estadounidenses no tengan un veredicto final de ganador esa misma noche del martes 3 de noviembre.
Al respecto, analistas de CIBanco nos recuerdan los comicios de 2000, cuando la disputa por el resultado de la votación en Florida y la denuncia de irregularidades por parte del candidato demócrata, Al Gore, desembocó en una batalla judicial de más de un mes de duración. No fue hasta mediados de diciembre cuando el Tribunal Supremo dirimió en favor del republicano George W. Bush, al considerar inconstitucionales los recuentos manuales impulsados por Gore. En ese entonces, el candidato demócrata aceptó el resultado sin apelar el fallo del Tribunal. En esta ocasión, el propio presidente Trump se ha encargado de sembrar dudas en torno al proceso electoral denunciando, sin base, un posible fraude, quejándose mucho de las papeletas por correo. Esta incertidumbre -por supuesto- es material peligroso para los mercados financieros en un país tan crispado y con un presidente que instiga, sin base alguna, el fantasma del fraude.

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