Los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México ven con preocupación el deterioro del crecimiento del PIB, y respecto la inflación sostienen que el escenario se mantiene con un balance neutral, aunque existen riesgos al alza. La Junta no descarta un resurgimiento de volatilidad financiera mundial, aunque espera que una mayor coordinación de políticas fiscales y monetarias fortalezcan la posición del país.
A nivel internacional -dicen- se observa un deterioro de las perspectivas de crecimiento en los países desarrollados y los emergentes. En cuanto a México, la mayoría de miembros señalaron la contracción de la actividad económica ante el estancamiento de la producción industrial y la desaceleración de los servicios. Existe un gran número de riesgos al alza, en especial depreciaciones adicionales del tipo de cambio. Aunque se señaló a la actualización de los precios de gasolinas como el responsable de que la inflación cierre 2016 ligeramente por encima del objetivo, no hubo mención directa a la posibilidad de que se traspase el efecto a otros bienes y servicios.
Los miembros aún esperan un ajuste gradual de los Fondos Federales de Estados Unidos. Sin embargo, anticipan que los principales bancos centrales mantengan unas posturas acomodaticias por un periodo prologado de tiempo. Además, los efectos del Brexit son aún inciertos y podrían presentarse complicaciones en los próximos meses. Por lo tanto, no se descartan nuevos episodios de volatilidad, por lo que es necesario reforzar las finanzas públicas. En este aspecto, cabe esperar que el próximo Programa Económico y Fiscal a presentar en septiembre contenga una mayor reducción al gasto corriente y un programa de reducción de deuda, concluyeron los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México.
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