La revisión del TLC es una gran oportunidad para productores mexicanos

La revisión del TLC es ¿el tiro de gracia para México? O ¿una nueva oportunidad para los productores mexicanos?. Sí, es que en la época del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, el poder presidencial doblegó a muchos líderes productores a ceder en muchos capítulos de discusión, en aras de que se hiciera realidad el TLC; a regañadientes, pero aceptaron. Hoy, con un poder presidencial acotado, con sólo un 12% de aceptación de la gestión del presidente Enrique Peña Nieto, los productores no tienen que pedir permiso a nadie, pueden imponer sus condiciones, o buscar alternativas a sus productos, esto es, salir al mundo para conseguir mejores condiciones, precios y utilidades. Hoy tenemos un nuevo México y un nuevo mundo.

Hace 30 años los gobernantes de entonces -México, y los vecinos del norte: EU y Canadá- apostaron por la creación de un mercado de 3 países con un enorme potencial económico pero también con un enorme diferencial económico, pero al tener de nuestro lado a la principal locomotora del mundo, creyeron que ese diferencial disminuiría; en el caso de México, las enormes ganancias que representaron tener el mercado con mayor desarrollo del mundo, contrario a elevar el nivel de vida para disminuir ese diferencial económico entre los 3 países,  se canalizaron a la corrupción. El clásico “moche” en los negocios, y hoy llevado al extremo por delincuentes que exigen derecho de piso a hasta las “indias marías”. ¿Qué nos pasó?. Ha sido, sin duda, la falta de participación ciudadana, el dejar todo en manos de partidos políticos, camarillas, socios que solo velan por sus intereses muy particulares.

Eso lo sabe Donald Trump y los empresarios de Estados Unidos que quieren la renegociación del TLC. Querrán, sin duda, imponer nuevas condiciones, aún mayores a las que tienen con el actual TLC. Corresponde a los productores mexicanos si los rechazan, si quieren voltear a otra parte del mundo o seguir en el error, o como reza el refrán muy mexicano: volver a poner todos los huevos en una misma canasta.