Sigue el debate respecto a la mejor estrategia que debe seguirse para reducir la obesidad entre la población. Recientemente, las organizaciones en torno a “El Poder del Consumidor” (EPC) difundieron argumentos en contra de la industria establecida de alimentos y bebidas, haciéndola responsable de los problemas de obesidad de México y el mundo.
En el documento difundido por Contrapeso, se victimizan por lo que ellos consideran “un intenso cabildeo en medios políticos y de comunicación” por parte de la industria, e incluso han acusado a los científicos de venderse a las empresas para negar los daños que -dicen ellos- provocan las bebidas con azúcar añadido y los alimentos procesados.
La verdad es que los fondos con los que ellos trabajan tienen un origen muy concreto y demuestran que su guerra no es la de “David contra Goliat” -el débil que lucha contra el gigante- sino parte de una estrategia de Michael Bloomberg en contra de la única empresa que lo ha derrotado en sus aspiraciones políticas: Coca-Cola, empresa a la que el magnate quiso limitar en Nueva York y que los consumidores defendieron.
Pero que las organizaciones ligadas a EPC se presten a denostar a los científicos, demuestra que la industria de la victimización da dividendos. Ni más ni menos que diez millones de dólares que Alejandro Calvillo distribuye para crear el mito del ogro que se come a los niños (la industria refresquera), dinero que confirma la propia Fundación Bloomberg en su memorándum del 27 de septiembre del 2013, cuya copia obra en poder de este columnista.
El Poder del Consumidor y sus aliados se han dedicado a festinar sus logros. Toman como base cifras del INEGI y del Instituto Nacional de Salud Pública (otro beneficiario de Bloomberg, de acuerdo al mismo documento) para decir que el impuesto al refresco en 2014 hizo disminuir el consumo de estas bebidas en 6 por ciento y otros porcentajes (las cifras no son homogéneas).
Pero la industria refresquera tiene otros datos (y éstos tienen que ser reales porque reportan a los mercados y a sus accionistas) y son que la caída del volumen total fue de 2.5 por ciento en el 2014 (Kantar World Panel). Además, muestra que la recaudación fue casi 50 por ciento superior a lo esperado, lo que significa que los planes de reducción, fracasaron.
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