Agosto, un mes de mucha volatilidad en los mercados mundiales | Agenda de Inversiones

Agosto, un mes de mucha volatilidad en los mercados mundiales

Notable deterioro del entorno global. Durante agosto, diversos factores se combinaron para producir un deterioro significativo e inesperado en el entorno global, pero dos factores destacan por su importancia específica y por la magnitud de sus posibles consecuencias: la política monetaria del Fed y la desaceleración de la economía China.
Política monetaria de EUA se acerca a cambio de ciclo. Para empezar, la proximidad del cambio de ciclo en la política monetaria de EUA genera una elevada inquietud de forma natural ante sus posibles consecuencias, que resultan altamente imprevisibles. No hay que olvidar que la política monetaria navega en terreno desconocido, ya que nunca se había alcanzado el mismo grado de laxitud en un entorno globalizado. La posibilidad de que se generen vaivenes pronunciados en los precios de los activos financieros como consecuencia de la normalización representa una preocupación constante para los inversionistas. Aún no está claro cuál será el momento del primer incremento en la tasa de los fondos federales del Fed, pero está cerca y depende en gran medida de la evolución de varios indicadores. Esto ha producido, y seguirá produciendo, una elevada sensibilidad en los mercados a los datos y eventos relevantes.
Choques adversos en China. Para continuar, en China se observaron abruptas caídas del mercado accionario que no deberían interpretarse como simples correcciones a las fuertes ganancias que se registraron durante el año, sino más bien como síntomas de que la segunda economía más grande del mundo se está desacelerando rápidamente, lo que representa consecuencias adversas para el ritmo de crecimiento de la economía mundial. El gobierno chino implementó varias medidas para tratar de detener la caída del mercado bursátil, que incluyeron la sorpresiva devaluación del Yuan. Estas medidas representan un retroceso para la transición hacia una economía de mercado en el gigante asiático, y no necesariamente producirán el repunte sostenido que se desea. Adicionalmente existe el temor de que el gobierno chino eche mano a las tenencias de bonos del tesoro norteamericano en su poder, que podría vender en el mercado para obtener liquidez en dólares con la cual sostener su tipo de cambio (si prevalecen las salidas de capital de su economía) o con lo que podría capitalizar sus instituciones financieras si fuera necesario. Si tal venta de bonos del tesoro de EUA fuera importante, podría impulsar un alza más rápida a lo esperado en las tasas de interés de estos instrumentos en los mercados globales.
Deterioro en mercados emergentes. Las perspectivas para los mercados emergentes se han deteriorado significativamente en las últimas semanas, al encontrarse en la confluencia de diversas fuerzas adversas. La desaceleración de la economía de China representa la perspectiva de menores exportaciones para muchos de estos países, fuertemente orientados hacia la región asiática. Adicionalmente, la caída en los precios de las materias primas, que tienen pesos elevados en la producción de muchos de estos países, representa también menores ingresos y menores perspectivas de expansión, lo que incrementa la percepción de riesgo para los inversionistas globales, ya de por sí afectada por el cambio de ciclo monetario en EUA. Este deterioro también se ha alimentado por factores específicos de algunos países relevantes, como la crisis política de Brasil o los conflictos geo-políticos de Rusia, al punto de generar una alta sensibilidad de la “canasta” de inversiones en mercados emergentes. Si algo sale mal en alguno de estos mercados, la posibilidad de que se extienda un efecto de contagio a otros países dentro de la misma clase es considerable.
Caída en precios del petróleo. Al igual que otras materias primas, los precios del petróleo han caído de forma importante y sus perspectivas se han deteriorado, no sólo por la mayor debilidad prevista en el crecimiento de China y de la economía global, sino porque varios países productores, especialmente de la OPEP, se rehúsan a recortar su producción para no perder su proporción del mercado. Aunado a ello, el acuerdo nuclear con Irán le permitirá aumentar adicionalmente la oferta de crudo y acrecentar el exceso de oferta en el mercado.
Alza en tipo de cambio. Ante el deterioro del entorno global, el aumento en el tipo de cambio fue rápido y abrupto, alcanzando niveles muy por encima de los que se preveían hace un mes, y difícilmente regresará a niveles por debajo de los 16 pesos por dólar en lo que resta del año. De hecho, es probable que el entorno financiero global se mantenga tenso durante los próximos meses, ante la elevada incertidumbre que implican los diversos factores ya comentados. En este entorno, es previsible que el tipo de cambio se mantenga en niveles mucho más elevados a los que esperábamos en nuestro escenario anterior. Esto producirá una depreciación del orden del 20% en la paridad respecto a los niveles que se observaban hace un año.
Impacto en la Inflación. Es de esperarse que la depreciación del tipo de cambio tenga, en esta ocasión, un impacto significativo sobre la inflación, y se presente un repunte durante los próximos meses cuyo efecto será más observable en el 2016.

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