Verdaderamente lamentable el resultado del referéndum en Reino Unido, con el que Gran Bretaña saldrá de la Unión Europea. Por supuesto, el mundo entero sintió un severo colapso y, por lo pronto la libra esterlina cayó en todos los mercados bursátiles. Pero, ¿qué influyó para la toma de esta decisión? Bueno, a los ingleses más que la cuestión económica, lo que les preocupa es la inmigración. Y es lógico, los miles de inmigrantes turcos, marroquíes, indios, pakistaníes, griegos y prácticamente de todo el mundo acentúan temores terroristas.
En el caso de México, los analistas de Finamex, Casa de Bolsa, señalan: “consideramos tres impactos negativos de Brexit: (1) el del comercio directo con el Reino Unido que es bajo (Reino Unido representa el uno por ciento del comercio internacional de México); (2) el de, por tener una alta integración al proceso productivo de la manufactura de EU, menor comercio de EU con el Reino Unido (Reino Unido es el quinto destino más importante de las exportaciones de EU) y (3) el impacto negativo de la apreciación generalizada del dólar en el sector de la manufactura de EU (y consecuentemente en el de México por la integración de los procesos productivos), y en menor medida al menor crecimiento global. Así, en México se dio una depreciación adicional de la moneda nacional para la que esperamos una respuesta contundente de política monetaria”.
Y ¿cuál es la estrategia de las autoridades hacendarias para enfrentar esta situación internacional? La más fácil: recortar en 31.7 mil millones el gasto público del Gobierno federal. Y ya está, que ruede el mundo y nosotros, a subirnos a la hamaca y a rascarnos la panza.
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