Fortalecer el sistema pensionario mexicano, reto pendiente. | Agenda de Inversiones

Fortalecer el sistema pensionario mexicano, reto pendiente.

México, como muchos países, enfrenta el reto de un eficiente sistema de pensiones, y mucho se ha hecho para su atención y buena conducción. La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) reconoce que los retos en materia pensionaria y sus implicaciones socioeconómicas y de finanzas públicas no dejan de ser una deuda pendiente con la sociedad. No podemos -señala el organismo-, darnos el lujo de permitir que el destino nos alcance, sobre todo tratándose de un insoslayable tema de justicia social como el vinculado al bienestar de los adultos mayores. En las últimas semanas, diversos actores económicos, políticos y sociales del país, así como diversos organismos internacionales, han señalado la urgencia de llevar a cabo una reforma al sistema mexicano de pensiones. Esta preocupación y sentido de urgencia se ha acentuado a medida que se aproximan al retiro los primeros trabajadores de la Generación AFORE. Sin embargo, existe un gran desconocimiento de la población (e incluso por parte de importantes actores políticos, sociales y económicos) sobre los sistemas de pensiones en México.
Y efectivamente, como lo señalan muchos especialistas en el área de pensiones, no son pocas las voces que dicen que el sistema de pensiones mexicano, es un fracaso. Pero esto no es exclusivo de México. Muchos sistemas pensionarios en el mundo, incluidos países de gran desarrollo, están resquebrajándose.
Por lo que hace al caso de México, se habla ya de la “crisis de pensiones que se avecina”, “el tsunami pensionario”, “la bomba de tiempo de las pensiones”. Esta supuesta amenaza se nutre del hecho de que las pensiones que ofrecerá el Sistema de Ahorro para el Retiro (generaciones AFORE) en los próximos años serán bajas y que muchos mexicanos no tendrán siquiera derecho a obtener una pensión del SAR, por paupérrima que ésta pueda ser. El debate público se centra en la imperiosa necesidad de llevar a cabo una reforma de pensiones que parte de una cruda realidad: las pensiones a que pueden aspirar los mexicanos en el SAR son muy bajas, y más temprano que tarde confirmaremos esa predicción. Por ello, es imperativo atender esta problemática. Es un tema de justicia social y un riesgo para la estabilidad socioeconómica del país; no ahora, pero sí puede ser un tema serio en 20 o 30 años. Son dos las causas principales de la baja cobertura y suficiencia pensionaria del SAR. La primera, que ya he repetido en innumerables ocasiones, descansa en el tamaño del sector informal del mercado laboral, lo que se refleja en que un bajo porcentaje de la población cuente con las semanas de cotización suficientes para obtener una pensión y/o con el ahorro obligatorio suficiente para aspirar a una pensión digna y suficiente. El otro problema con el SAR es el bajo nivel de contribuciones tripartitas Estado-Patrones-Trabajadores. En el caso de los trabajadores afiliados al IMSS, las aportaciones tripartitas son de sólo 6.5 por ciento del salario base de cotización. En el caso de los trabajadores afiliados al ISSSTE son mayores 11.3 por ciento de su sueldo básico (y no de su salario integrado, el cual incluye la compensación garantizada). Estas contribuciones son de las bajas del mundo. Por ejemplo, en Chile el trabajador aporta 10.5 por ciento de su salario elegible y las aportaciones promedio en los países de la OCDE, sin importar el tipo de sistema pensionario, son de 30 por ciento y la mayoría las cubre el trabajador. Un agravante adicional al bajo nivel de contribuciones es que tres cuartas partes de los afiliados al SAR ganan entre uno tres salarios mínimos. Con los bajos ingresos de la mayoría de los mexicanos, su capacidad de ahorro es prácticamente nula. Si a ello sumamos la falta de una educación sobre finanzas personales, incluida la falta de culturas sobre el ahorro, el reto es verdaderamente mayúsculo. En pocas palabras, el sistema enfrenta retos de suficiencia, cobertura y densidad de cotización. Siendo así, no importa qué tan elevados sean los rendimientos que las SIEFORE ni cuán bajas sean las comisiones que las AFORE cobran por administrar los ahorros de los trabajadores, ni cuál sea el requisito mínimo de semanas cotizadas, ni cuál sea la edad de retiro, el SAR está condenado a ofrecer pensiones bajas, muy por debajo de las expectativas de la población.

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