En un entorno complejo, Banco de México mantuvo en 11% la tasa de interés. | Agenda de Inversiones

En un entorno complejo, Banco de México mantuvo en 11% la tasa de interés.

La Junta del Banco Central tomó la decisión con una votación totalmente dividida: a favor de mantener sin cambio la tasa de interés bancario estuvieron, Victoria Rodríguez Ceja, Galia Borja Gómez, Irene Espinosa Cantellano y Jonathan Heath. El que pedía la reducción de 25 puntos base fue Omar Mejía Castelazo. Lo anterior, responde a la persistente volatilidad financiera en México, en donde las tasas de interés de valores gubernamentales de mediano y largo plazo aumentaron significativamente; el peso mexicano registró una ligera depreciación, y si bien los mercados están operando con mejoría, la debilidad económica de finales del año pasado parece haber continuado hacia el segundo trimestre del 2024, motivo por el cual identificó el balance de riesgos para el crecimiento como sesgado a la baja.
Entre los riesgos al alza, Banxico considera: 1) persistencia de la inflación subyacente; 2) mayor depreciación cambiaria; 3) mayores presiones de costos; 4) afectaciones climáticas; y 5) conflictos geopolíticos. A la baja: 1) una actividad económica menor a la anticipada; 2) un menor traspaso de algunas presiones de costos; y 3) que el efecto de la depreciación cambiaria sobre la inflación sea menor al anticipado. De esta forma, respecto al anuncio anterior, se eliminó el riesgo al alza de que la economía muestre una resiliencia mayor a la esperada.
Para los analistas de INTERCAM Casa de Bolsa, “la economía continúa mostrando una desaceleración y no vemos en un futuro cercano catalizadores que pudieran cambiar esta situación. Incluso consideramos que la probabilidad de un crecimiento por debajo de 2.0 por ciento en este año se está incrementando y para el próximo año nosotros prevemos un escenario de crecimiento inferior a 1.0 por ciento”.
La trayectoria de inflación futura es incierta, ya que si bien la inflación subyacente continúa descendiendo lo hace a un ritmo muy moderado. Además, identificamos recientemente choques en diversos genéricos de la inflación no subyacente (como la gasolina regular, el gas LP y diversas frutas y verduras) que pudiera generar nuevas presiones al alza en la inflación general, lo cual se traduce en un retraso en la convergencia a la meta de inflación de 3.0 por ciento. Nuestro estimado ubica la inflación cerca del 4.2% al cierre del 2024 y cercana a 3.6% al cierre del 2025.
Y respecto a la relación peso-dólar, es posible que durante el tercer y cuarto trimestre del año, el peso mexicano pueda verse nuevamente presionado, sobre todo por las elecciones en Estados Unidos y las políticas proteccionistas en materia comercial que podrían derivar en caso de que gane el candidato republicano y algunos eventos locales que de momento resultan inciertos sus alcances y propuestas.
Hacia delante, el Banco de México prevé que el entorno inflacionario permita discutir ajustes en la tasa de referencia. Tomará en cuenta la perspectiva de que los choques globales continuarán desvaneciéndose y los efectos de una actividad económica más débil de lo que se tenía previamente anticipado. Considerará la incidencia de la postura monetaria restrictiva que se ha mantenido y la que siga imperando sobre la evolución de la inflación a lo largo del horizonte en el que opera la política monetaria. Las acciones que se implementen serán tales que la tasa de referencia sea congruente, en todo momento, con la trayectoria requerida para propiciar la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3% en el plazo previsto.

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